LA LEYENDA DE FURA Y TENA

Cuenta la leyenda, que en un país muy lejano (o un menos lejano Colombia, depende de quién lo lea) y en un tiempo muy remoto – eso sí que sí-  el Dios Supremo Ares creó a la primera mujer ; Fura, y al primer hombre; Tena del pueblo Muzo, a los que obsequió con la eterna Felicidad y Juventud en aquellos lugares paradisíacos.

Sólo una condición pidió Ares a la joven pareja a cambio de tantos dones: La también eterna fidelidad entre ellos.Y así durante siglos Fura y Tena disfrutaron de su eterna juventud y fueron procreando varias generaciones extendiendo de esta manera  el pueblo Muzo a todo los territorios afines.

Pero un buen día apareció en su poblado un apuesto joven de otras tierras llamado Zarbi. Había llegado hasta allí buscando una Flor capaz de curar todos las enfermedades y dolores; llevaba años buscándola para su pueblo sin resultado, por lo que Fura, compadecida por su desesperación decidió acompañarle en su camino y ayudar a buscar la ansiada flor.

Pero el roce hace el cariño, y la inicial simpatía y compasión hacia Zarbi con el paso del tiempo fue transformándose en amor y atracción, y un  buen día finalmente, y como era de esperar en esta historia,  Fura incumplió la promesa de Fidelidad mantenida durante tantos siglos.

Presa de remordimientos nuestra joven Fura decidió volver junto a Tena, pero tanto era el dolor, que su juventud y salud empezaron a desvanecerse, enfermando y envejeciendo de manera progresiva.

El joven Tena, al ver lo que estaba ocurriendo llegó a la conclusión de que el motivo de tanta desdicha no podía ser otro que el haber sido víctima de la infidelidad de Fura, por lo que, comprendiendo que ya llegaba la hora de sus muertes, decidió quitarse él mismo la vida.

Fura mantuvo el cuerpo de su amado sobre sus rodillas durante ocho días sin dejar de llorar y lamentarse. Y cuenta la leyenda, que cada lágrima derramada por Fura con el cuerpo difunto de Tena entre sus brazos se convirtió en una hermosa esmeralda y cada lamento de dolor, en una colorida mariposa. Y es en estas tierras, los Cerros de Fura y Tena, donde se encuentran las mejores minas de esmeralda.

Glíptica. Arte en tus Joyas.

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